Echo de menos la músia
que produce tu cuerpo
cuando contra el mio
choca.
Despertarte la sonrisa
jugando con tu ombligo
para robártela
y así, en las noches frías
hacerle la competencia
a las estrellas,
que no acaban de brillar.
Me encantaría
florecer
en la primavera
escondida en tus ojos.
Pero es Octubre
Y
Está empezando a llover.
Ojalá fuera Otoño
y desnudarte pudiera,
hoja a hoja
todos los poros
que te cubren.
Y una vez en el suelo
las ropas
hacerlo tan lento
que el invierno venga
pidiendo abrigo.
Y se lo demos todo.
Ando por tus ramas
buscando
respuestas,
pero ya te ha rozado
Otoño
y es momento
de hablar sin trapujos.
Joder, tus labios.
Ojalá fuera frío
y pudiera desgastarlos
beso a beso
mañana a mañana.
Desayunarlos
y seguir en ayunas,
y resucitar de hambre
cuando se te antoje
que no soy digno
de tal manjar.
Que es nunca.
Y tu sonrisa,
triángulo de las Bermudas
de cualquier marinero
que se atreve a navegarla.
Echo de menos la música,
nuestra música,
que produce mi cuerpo
cuando contra el tuyo
choca.