9.13.2013

Domingos Menguantes

Sigo recontando los minutos
Que me han pisado
Mientras a nadie le importa
Ver mi cabeza,
En el suelo
Pisadas
De alguien que no conozco
Ni llego a desconocer.

Las noches se suceden
Como tus veranos
Y mis inviernos,
Que ni en eso estamos de acuerdo.
Hemos quedado tantas veces
En la primavera
Que las flores se han helado,
A veces calcinado,
Esperándote.
Pero siempre han acabado muertas,
Como yo.
Y lo nuestro.

Espero
Que te besen como yo no lo hacía.
Que te escuchen cuando hablas, no cuando callas.
Que jueguen con tu sonrisa, y no al revés.
Que se pierdan en tu pelo, y no contigo.
Que te den la mano, y no se sujeten de ella.

Ojalá te escriban un poemario en la piel
Y no en un folio.

Mientras, me quedo aquí
En nuestra primavera.
Con las flores muertas
Contando pétalos
Que no existen
Y enfriándome con el Sol.

Que en el amor más vale fuerza que maña.
Tú ya me entiendes.

Y a ti la maña te sobra
En todos los rincones donde la fuerza es necesaria.

Si merece la pena decir algo más,
Que se calle.
Bastante pena tengo yo con la mía
Y la tuya.
Y la de este mundo que me incita a animarme
Pero me patalea cada vez que me levanto y sonrío.

Que ya sé que tú no estás
Aunque te llame a gritos
Sordo.

Así que mejor me callo
Y dejo que el silencio
Me saque los colores.
Blanco y negro,
Gris
Y algún tono rojo.
Corazón.