9.29.2013

Juega

Me duelen los pulmones de fumarte tan fuerte. Mis labios se han quebrado esperando tu beso.
Y yo ya no puedo andar.

Parece mentira que las estrellas permanezcan quietas, esperando su muerte durante siglos, y que cuando mueren, sigan brillando. Parece mentira que las estrellas permanezcan quietas, dejando que el Sol brille más que ellas.
Tus ojos son las únicas que no se lo permiten. No es aconsejable mirarlos a plena luz del día. Yo sigo ciego. Y ya no sé si es el amor o tus ojos, el caso es que no veo nada; tampoco quiero.

Hay sonrisas que provocan locura y locuras que provocan sonrisas. En mi caso da igual, siempre acabo empalmado si me sonríes. Y deseoso de más, algo más.

Encuentro demasiado aburrida la cama, te echa de menos y se pierde.

Aún no me he acostumbrado a escribirte en la distancia, era tan entretenido leerte la piel que los libros acaban por parecerme todos iguales: palabras que juntas cuentan una historia. Pero tu piel… tu piel es otra historia, de las que no se publican.

Habría dado cualquier cosa porque me besaras, joder. Y sudar mano con mano todo lo que nos diera la gana. Así que, que duelan lo que quieran estos malditos pulmones, nunca será suficiente dolor.

No me digas la verdad demasiado, sólo juega conmigo cuando te apetezca, conmigo o contra mi, pero juega.