6.13.2013

Conversaciones en algún lugar (I)

- Es un poco absurdo.

- ¿Y qué no lo es? El Ser Humano es absurdo. Todo cuando nazca de él lo será de la misma manera. Piénsalo. Somos seres extraordinarios. Hemos llegado el punto en el que podemos, ya no solo comunicarnos, sino comunicarnos con personas que están al otro lado del mundo, por ejemplo. O incluso de capturar imágenes intemporales, en movimiento o estáticas. Hemos sido capaces de hacer que las máquinas recuerden por nosotros. Somos casi semi-dioses. Pero es absurdo, porque lo pagamos todo, todo cuanto somos, con ser conscientes. Conscientes de nuestra mortalidad. Y no solo de eso, sino de ver día a día cómo esa mortalidad se hace patente en nuestra carne. Absurdo, ¿no crees?

- ¿Llegaremos algún día a ser inmortales?

- Si así fuera, nunca se sabe, sería una locura. Yo no querría. Imagínate ver cómo cambia el mundo, la sociedad, todo. Imagínate por un instante que vives 300 años, y en el año 200, por ejemplo, da igual, destruyen este lugar, ¿cómo te sentirías?, te estarían quitando una gran parte de ti. Este lugar es parte de ti, que tú pudieras ver que lo destruyen sería un castigo mayúsculo. Por eso la naturaleza es sabia, y aunque haya sido tan tonta de crear al Ser Humano con raciocinio, lo ha hecho mortal y dependiente, por ahora, a su albedrío. Que el Ser Humano quiera jugar a ser Dios es un juego de críos, simplemente. Es como cuando ves a esas niñas fumando, te parece ridículo, hasta te pueden hacer gracia o te puede desagradar en exceso, eso es el Ser Humano, un animal que juega a ser algo que no es, ni será nunca.

- Pero esas niñas llegan a ser mayores…

- Con el pulmón tan quemado, que cuando llegan a la plenitud de la vida, quizás antes, los problemas de salud les pasan factura.

- Me sigue pareciendo absurdo todo.

- El amor es simplemente absurdo.

- No es el hecho del amor, es el hecho de que… ¿No te parece absurdo que guarde una caja de chicles porque me estaba acompañando ese día?

- Me parece tremendamente absurdo, y comprensible.

- Me ha hecho plantearme la existencia de Dios, incluso.

- ¡Qué poderosa puede ser una caja de Chicles!

- Te acabas planteando la existencia de Dios, aun habiendo sido educado para lo contrario, porque al analizarte a ti mismo te das cuenta de que una aleación tan sublime de estupidez y grandiosidad no ha sido posible brotara de una nadería como es una “casualidad”. ¿No crees? Estupidez, porque aquí sigo guardando una caja de chicles con el fin de que al verla recuerde ese primer beso, como si, ¡maldita sea!, no lo recordara ya por mi mismo a cada momento que necesitara tener una estúpida caja de chicles que me lo recuerde aún más…

- El hombre y su fanatismo por el recuerdo y la inmortalidad es capaz de aferrarse muy estúpidamente al más simple de los objetos., pero, paradójicamente, quizás eso sea lo grandioso del Ser Humano, que es capaz de convertir una simple caja de chicles en un bonito recuerdo como podría ser el primer beso con alguien.

- En cualquier caso, a veces me veo tan absurdo… sobretodo cuando me enamoro.

- Eso es que funciona el enamoramiento. No sé hasta qué punto somos instinto o somos sentimiento, algo hay, qué duda cabe, pero yo creo que el amor, de verdad, no el de ahora, te hace sentir cosas tan absurdas como sentirte absurdo.

- ¿El de ahora? 

- Sí. El amor, en parte, es ceder. Es un acto de generosidad. Hoy en día las personas, los jóvenes, ven el amor como un medio para llegar a una felicidad o algún tipo de realización personal o algo. Dicen “te amo” con una facilidad… No sé. Decirlo debería ser un acto de responsabilidad para la otra persona: los sentimientos, el bienestar, de alguien está en sus manos. Todo cuanto la otra persona sienta depende completamente de esa persona en cuestión. Cuando dices “te amo”, se debería ser consciente, uno, de la responsabilidad que depositas en la otra persona y dos, de lo que confías en el otro. Pero eso no pasa. Ahora se dice “te quiero” o “te amo” con demasiada facilidad. Y eso me inquieta.

- Él aún no me ha dicho nada de eso.

- Lo vuestro es diferente por lo que sé. No creo que se trate del amor superfluo que se lleva ahora.

- Te parecerá una tontería, pero me gustaría que me lo dijera.

- No es una tontería. Somos jóvenes y necesitamos saber, si así lo creemos, que alguien nos quiere por su propia boca. Pero no tengas prisa. Cuantos más te quieros se dicen, más pierde su significado. Y eso mata al amor. Con el tiempo te lo irá demostrando, y tú lo sabrás tan fervientemente que cuando te diga te quiero será motivado porque así lo mereces. Lo de decirte te quiero, como te decía, está muy infravalorado.